Siéntate con tus propios pensamientos durante el tiempo suficiente y se te ocurrirán todo tipo de preguntas. Si golpearas un diapasón en el espacio, ¿vibraría para siempre? Es Parque jurásico ¿posible? ¿El género musical afecta el sabor del queso? Y en la lista de hoy: ¿por qué el agua de los lagos simplemente no se absorbe en el suelo?
Esa fue la pregunta que planteó recientemente la usuaria de TikTok allison_risner20, y aunque la sección de comentarios y los puntos brindan algunas posibilidades muy divertidas (los lagos tienen miedo a la oscuridad, por ejemplo), hay una explicación científica para su consulta.
Es importante empezar diciendo que algo de agua de lago hace filtrarse en el suelo. A menudo no nos damos cuenta porque el agua que se pierde se repone rápidamente, como por ejemplo con la lluvia. Sin embargo, lo que marca la diferencia en cuanto a si se produce o no esa filtración, y con qué rapidez, es el material del fondo del lago y su permeabilidad: ¿puede el agua pasar a través de él?
Imagínate que alguien está sosteniendo un trozo de pizarra y tú vas y le echas un poco de agua. Esa agua no va a salir por el otro lado de la roca, sino que se derramará por ella. Es la misma idea para los lagos de fondo rocoso; Si el fondo de un lago es rocoso, con muy pocos espacios entre ellos, no podrá pasar mucha agua.
Incluso en los casos en los que existen lagunas, los lagos acumulan una gran cantidad de sedimentos, como arena, limo y arcilla, que ayudan a llenar esos espacios. «Durante mucho, mucho tiempo, el fondo del estanque evoluciona y cambia», explicó la hidróloga Dra. Joan Wu, en declaraciones a Ask Dr Universe de la Universidad Estatal de Washington. «Los materiales se asientan y las pequeñas partículas, o sedimentos, llenan los poros grandes».
Sin embargo, el agua también puede escapar por otros medios, concretamente por evaporación. «Con el tiempo, se perderá agua de la parte superior y del fondo de un estanque», dijo Wu. Pero gracias a ese práctico fenómeno biogeoquímico conocido como ciclo del agua, cualquier agua que se pierda debido a la evaporación debería, en teoría, reponerse mediante precipitación.
Teóricamente es la palabra clave allí. Un estudio publicado en mayo del año pasado reveló que más de la mitad de los grandes lagos del mundo (incluidos tanto los lagos naturales como los artificiales) se están secando. Según los investigadores, el 56 por ciento de esa disminución se debe al consumo humano y al calentamiento climático, este último aumenta la cantidad de agua perdida por evaporación.
Así que, aunque los lagos no se estén desagotando con abandono imprudente (cerca de 2 mil millones de personas en todo el mundo viven cerca de uno), probablemente sea una buena idea vigilarlos.
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