Hay momentos en los que someterse a un cambio es necesario para sentirse bien con uno mismo. Unos optan por un cambio de estilo, un viaje o una reorganización de los espacios de la casa. Todo depende de las necesidades de cada persona, del tiempo disponible o del desembolso económico que queramos poner en este paso adelante. Estos cambios se pueden dar incluso de manera gratuita y sin tener que hacer una inversión; simplemente disponiendo de los recursos a mano.
En esto consiste recolocar cualquier rincón de la casa. Si bien hay zonas en las que dar un lavado de cara con un cambio radical es más complicado por el tamaño y la disposición de sus muebles, siempre podrás llevar a cabo pequeños cambios que en conjunto creen la diferencia. Eso sí, deberás tener en cuenta antes de ponerte manos a la obra aquello que quieras hacer en líneas generales -los detalles los podrás ir variando a lo largo de la tarea-. Quizás busques cambiar la localización de la cama, aprovechar mejor la luz del sol a la hora de trabajar, tener los enchufes cerca, etc.
Hay ciertas líneas que tendrás que seguir para conseguir aprovechar ese espacio al máximo, que pasan por el orden habitual: un armario bien colocado, un escritorio organizado o la limpieza de los objetos que usamos por un momento y que no pertenecen a la estancia -una taza de café usada-. No obstante, en la actualidad una gran parte del interiorismo pasa por la técnica milenaria china conocida como Feng Shui. Este método consiste en una orientación del espacio en busca de la armonización para potenciar la tranquilidad. Su principal premisa parte del “Chi”: la energía que fluye.
Para los seguidores de esta técnica hay una serie de líneas que han de seguir para alcanzar la máxima confortabilidad, aunque el más importante es la correcta iluminación y el juego de luces y colores. Por ejemplo, los colores fríos dan sensación de entorno apagado, así que será más adecuado incluir colores y estampados vivos.
Aquí van otra serie de consejos para devolverle a tu habitación el encanto: