
Con la llegada de las bajas temperaturas, el frío se convierte en un adversario difícil de manejar, especialmente para nuestra piel. Si hay una parte del cuerpo que más sufre sus efectos, sin duda son las manos. Sometidas a constantes cambios de temperatura y al contacto directo con agentes atmosféricos agresivos, las manos se convierten a menudo en víctimas de dolorosas grietas y sequedad extrema. Las manos agrietadas no son sólo una molestia estética, sino que pueden causar importantes molestias, desde irritaciones hasta la posibilidad de infecciones cutáneas.
Tres remedios naturales poco conocidos pero muy eficaces acuden en nuestra ayuda para devolver a la piel sus raíces sanas, garantizando confort y bienestar incluso en los días más duros del año.
¿Manos agrietadas por el frío?
Uno de los aliados más poderosos contra las manos agrietadas es la manteca de karité. Con sus propiedades hidratantes y nutritivas, la manteca de karité es una auténtica panacea para la piel seca, incluso para los labios agrietados. Extraída de las semillas del karité, esta rica manteca es conocida por su capacidad para reparar la barrera cutánea dañada, reduciendo así la sequedad y favoreciendo la cicatrización. La aplicación es sencilla: basta con masajear suavemente la manteca de karité sobre las manos limpias, insistiendo en las zonas más afectadas.
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Para obtener mejores resultados, los expertos recomiendan utilizarla con regularidad, especialmente antes de acostarse, para garantizar que la piel la absorba por completo y proporcione así sus beneficios regeneradores durante la noche.
Dulces remedios de despensa: miel y aceite de oliva
¿Sufres de manos agrietadas cada invierno a causa del frío? Además de la manteca de karité, otros dos remedios de la despensa pueden convertirse en tus aliados secretos contra las manos agrietadas: la miel y el aceite de oliva. La miel es conocida por su efecto antibacteriano e hidratante. Mezcla una pequeña cantidad de miel con azúcar para crear un exfoliante natural que eliminará las células muertas e hidratará la piel. Después del exfoliante, aplícate una fina capa de miel pura en las manos y déjala actuar entre 15 y 20 minutos antes de aclarar.
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El aceite de oliva, rico en antioxidantes y ácidos grasos esenciales, es un hidratante profundo para las manos secas. Masajéelo suavemente sobre la piel, prestando especial atención a las cutículas y las zonas agrietadas. Tras la aplicación, ponte unos guantes ligeros para que el aceite penetre completamente. Repita este tratamiento una o dos veces por semana para mantener las manos suaves e hidratadas.
Basta de cutículas, cutículas secas y manos agrietadas
Ya hemos hablado de algunas cremas calmantes muy eficaces para combatir las manos agrietadas. Hoy, sin embargo, veremos cómo hacer una verdadera compresa para tener unas manos suaves y sedosas. En algunos casos, de hecho, no basta con aplicar crema cuando nos damos cuenta de que tenemos las manos secas. Es bueno hacer algún tipo de tratamiento intensivo para rehidratarlas eficazmente.
Entre los remedios naturales que parecen ser más populares está sin duda el aceite de oliva. Basta con rociarse las manos con un poco de aceite de oliva y masajearlas como si fuera una crema. Después ponte guantes o incluso utiliza bolsas de congelación para que actúe mejor. Dejar actuar unos diez minutos y aclarar. El mismo procedimiento puede hacerse con otros aceites vegetales, como el de almendras o el de linaza, por ejemplo.